Aunque usted no lo crea hoy, 1ro de agosto, es el Día Internacional de la Alegría, que locura, como si por decreto la gente pudiera estar alegre determinado día al año. 

Pero como existen un montón de celebraciones sin sentido ni motivo, había que instaurar el Día Internacional de la Alegría que se festeja desde 2010, hágame el favor, como si ya con esa ocurrencia la gente de todo el mundo pueda hoy estar alegre, como el jibarito, loco de contento. 

Seguramente dicha celebración se dio a propuesta de un desquehacerado o quizá alucinado que carga con su alegría personal sin darse cuenta que en este mundo hostil y cada vez más lleno de maldad y perversidad no hay motivos que generen alegría universal. 

Son muchas las razones por las cuales ni siquiera un mínimo porcentaje de la humanidad puede tener alegría, desde guerras, pandemias, pobreza, injusticias, desigualdad, crisis alimentaria, económica, de agua, y para colmo, carencia de buenos políticos. 

Quizá el objetivo de la celebración del Día Internacional de la Alegría sea que esa fecha se realicen actividades que generen alegría en el colectivo, pero la verdad es difícil que la gente en todo el mundo pueda estar alegre al unísono, es imposible, por lo tanto, no tiene sentido tal conmemoración. 

Aparte, tampoco se ve que exista agrupación alguna que busque, aunque sea este día generar alegría a la gente en general, de hecho, sin temor a equivocarnos podemos decir que más del 90 por ciento de la población mundial desconoce que existe El Día Internacional de la Alegría. 

Además, estaríamos peor si solo un día la gente pudiera estar alegre, y el resto del año todos enojados, amargados, peleando unos con otros. 

Mejor que cada quien sea alegre a su modo y el día que tenga un motivo para serlo. Expertos en el estudio del comportamiento humanos definen la alegría como una emoción pasajera que se manifiesta de diferentes maneras. 

Lo cierto es que una gran alergia puede manifestarse con un estado emocional favorable gracias a un gran acontecimiento como el nacimiento de un hijo, ganarse la lotería, terminar estudios, obtener un trabajo, conquistar a la persona amada, comprarse la prenda deseada, casa nueva, en algunos casos hasta comer tres veces al día o pagar el recibo de luz, cada persona la siente de diferente manera o por distintas razones de acuerdo a sus condiciones y la manera que tenga para ver la vida. 

En este México lindo y querido en estos tiempos, de regreso a clases, se duda que a la mayoría de los padres de familia les ponga muy alegres las listas de útiles escolares, compra de uniformes, cuotas escolares o colegiaturas. Aparte de la llegada del recibo de energía eléctrica que, al encender, aunque sea un ventilador para mitigar las altas temperaturas y evitar el golpe de calor seguro trae su aumento. 

Tampoco pone muy alegre al colectivo en general ver a los encampañados muy sonrientes prometiendo lo que ni siquiera pueden cumplir, dan más tristezas que alegrías pues en lugar de generar armonía le andan apostando a dividir más de lo que ya esta este país. 

Ya del alza a la canasta básica, falta de oportunidades laborales, la inseguridad que campea libremente en todo el territorio mexicano y evita que todos los mexicanos puedan tener, aunque sean chispazos de alegría, mejor ni hablamos. 

Realmente la alegría es una emoción subjetiva y depende mucho de las personas y los momentos que estén viviendo, pero no requiere de una fecha en el calendario para experimentarse. 

Ideal sería que se tuvieran las condiciones para que se generara alegría en todas partes, incluyendo los sitios laborales, pues una persona alegre, contenta, tiene más rendimiento, hace con mayor dedicación y eficiencia su trabajo, y su estado de ánimo puede contagiar a quienes les rodean. 

En fin, la situación es que hoy es el Día Internacional de la Alegría, celebración en realidad sin mucho sentido y menos motivo pues la gente tiene en estos tiempos más preocupaciones que satisfacciones, aunque duela decirlo, la realidad es que es más el sufrimiento que las alegrías en estos días.  por lo tanto, la fecha solo es la ocurrencia de un desquehacerado. 

Rosa Elena González

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10